A
Lucas le sucedió exactamente lo contrario. Llegó a su casa a la carrera y
jadeando. Sus padres se sorprendieron al verlo en ese estado y le preguntaron
si le había pasado algo pero él lo negó todo y subió a darse una ducha antes de
dormir.
En
cuanto estuvo encima de la cama, le fue imposible conciliar el sueño. Cada vez
estaba más seguro de que le gustaba Lena de una manera especial, de que había
sido así desde el primer momento en que la vio, desde la primera palabra que
intercambiaron. No temía sufrir un desengaño. Sabía reconocer sus propios
sentimientos y conocía a la muchacha. Aunque hacía menos de tres semanas que la
había visto por primera vez, se daba cuenta de que era una persona maravillosa,
además de tímida.
Se
daba cuenta de que ella no parecía para nada interesada en él, pero era lo de
menos. Con ser su amigo se conformaría. Si ella era feliz de esa manera ¿quién
era él para querer cambiarlo?
Quería
contárselo a alguien. Decirle lo maravillosa que era Lena, decirle lo bien que
se sentía estando a su lado, lo que daría por ver su preciosa sonrisa a todas
horas.
Cogió
su móvil de la mesilla y cuando ya
empezaba a marcar un número que se sabía de memoria, se detuvo. Eran más de las
tres de la madrugada… Cualquier persona estaría durmiendo sin ninguna duda.
Aunque no se contuvo a enviarle un SMS a su mejor amigo, Connor. Le dijo que lo
llamaría mañana y que estuviera atento. Devolvió el móvil al lugar en el que
estaba en un principio y se tapó la cabeza con la manta.
Más
de media hora más tarde, seguía despierto. Cuando admitió que no se dormiría,
se levantó y, tras comprobar que la puerta de su habitación estaba bien
cerrada, encendió el televisor de los pies de la cama y le bajó el volumen.
Introdujo un videojuego de fútbol en la videoconsola y empezó a jugar, tras
arroparse con el edredón.
Una
hora después, con unos cuantos partidos ganados y los ojos rojos, apagó el
televisor. Se tumbó y bostezó. Cogió los auriculares pequeños del cajón de su
mesilla y los conectó a su mp3.
La
música lo ayudó a dormir. Fue como un bálsamo para su alterado corazón.
Se
despertó bien entrada la mañana. Se desperezó y volvió a taparse hasta arriba.
Sintió que algo se le clavaba en la cara y se apartó. Con los ojos todavía
entrecerrados apreció que eran sus cascos. Los dejó en la mesilla después de
desenredarlos cuidadosamente.
Se
levantó de la cama, todavía en pijama y se puso unos gruesos calcetines. Ni
siquiera se peinó.
-¡Buenos
días!-lo saludó su padre, que leía el periódico en la mesa de la cocina-Pensé
que habías entrado en estado de hibernación…-consultó su reloj-No te veía
dormir tanto desde que eras un bebé.
-Estaba
cansado-se disculpó Lucas.
-En
cambio tu hermano Thomas… Siempre ha sido un dormilón. Pero hoy le has ganado.
-Me
merezco un premio-sonrió.
-Cuenta
con él.
-Hoy
a lo mejor salgo por la tarde-avisó a su padre.
-¿Con
las chicas de ayer?-lo miró fijamente mientras esperaba una respuesta.
-No,
creo que iré solo.
-Como
quieras… ¿Ya has estudiado?-frunció el ceño.
Lucas
asintió.
-Bien
hecho.
Antes
de que Lucas pudiera añadir algo más, la puerta principal se abrió y entraron
la madre y la hermana del chico, cargadas con bolsas.
-Podéis
ayudarnos-voceó la pequeña.
Lucas
se acercó y le arrebató unas cuantas bolsas para dejarlas en la cocina.
***
Lena
se despertó de buen humor. Todo le parecía bonito aquella mañana, las nubes
grises eran más blancas y esponjosas de lo habitual, el viento le parecía una
brisa dispuesta a mecerla como si fuera una madre que acuna a su hijo.
Se
levantó de un salto y se metió en la ducha. En cuanto salió, caminó de vuelta a
su habitación, bien envuelta en el albornoz. Le dio al botón de encendido del
ordenador y mientras se iniciaba se vistió. No se paró demasiado en su atuendo,
ya que si salía se cambiaría. Puso música a un volumen bajo y fue hasta la
cocina. Se preparó un café con leche y cogió unas magdalenas. Se las llevo a su
habitación y comió mientras escuchaba una canción romántica y lenta. Sin saber
porqué, se sintió identificada. Normalmente no le gustaban, las prefería de
cualquier otro tema, pero esa vez le pareció perfecta. ¿Tendría algo que ver
Lucas? ¿Podía hablar de amor? No, todavía no. No tenía nada claro y no pensaba
adelantarse en los acontecimientos ni ilusionarse. Eso lo tenía muy presente en
cada uno de sus encuentros con el chico.
Dejó
el vaso al lado de la cama en el suelo. Miró la pantalla de su teléfono. La
parte superior, donde debía brillar una notificación con cada mensaje o llamada
perdida, estaba iluminada. Lo desbloqueó y le sorprendió ver el nombre de Lucas
en la pantalla. Sintió que un escalofrío la recorría. Le temblaban los dedos
sobre la pantalla al tratar de pulsar abrir y, sin pretenderlo, pulsó el botón
de ``Agenda´´. Alterada, pulsó con tanta fuerza el botón para retroceder que
casi lo arranca.
En
cuanto abrió el mensaje, lo leyó varias veces hasta comprenderlo.
Lucas
le decía si quería quedar con él esa tarde. Sonrió.
Se
moría de ganas de decirle que sí pero tenía que preguntar a sus padres primero.
Se obligó a esperar. El tiempo se le hizo eterno hasta que los escuchó
levantarse. Salió corriendo de su habitación.
-¡Buenos
días!
-Hola,
Lena-dijo entre bostezos su padre.
-Tengo
que…haceros una pregunta.
-A
ver…-suspiró su madre mientras se colocaba el pelo con ambas manos.
-Lucas
me mandó un mensaje… Me preguntó si puedo ir a dar una vuelta esta tarde…
-¿Qué
le has dicho?-preguntó su madre.
-Aún
nada…
-Como
quieras, cariño-le dijo su padre.
-Es
que salí ayer…
-Puedes
ir dos días seguidos-se rió su padre.
-Le
diré que sí-concluyó.
Tecleó
con rapidez, diciéndole que estaba de acuerdo y preguntándole a que hora.
La
respuesta de Lucas tardó apenas dos minutos. Le propuso quedar en su casa, a
las cinco. Lena preguntó de nuevo a sus padres que no tuvieron ningún problema
en decirle que sí.
La
chica subió a su habitación como una exhalación y conectó las planchas que rara
vez usaba. Tardó media hora en que su pelo le gustara. Miró el maquillaje que
le habían regalado sus tías hacía un año. Lo abrió con delicadeza y observó los
distintos tipos de colores de ojos y labios. Decidió separar los cosméticos que
usaría para maquillarse después. Empezó seleccionando un rimel bastante
discreto y terminó con un poco de brillo de labios.
También
se molestó en coger una ropa algo favorecedora. La dejó lista para cuando
terminara de comer. Se acaba de pintar las uñas de un discreto color rosa para
cuando su madre la llamó para comer. Bajó con las manos extendidas de tal
manera que parecía un pato. Su padre no pudo evitar reír pero tenía el ceño
fruncido. Le gustaba que su hija tuviera un amigo pero no quería que ella
sufriera. La mayoría de los chicos que veía por las calles eran unos completos
impresentables y todavía no se fiaba de Lucas.
-¿Qué
pensáis hacer?-se interesó su madre durante la comida.
-Ni
idea-reconoció ella, avergonzada.
-Ya
me encargo de preguntarle yo cuando venga…-dijo el hombre, crujiendo los dedos.
-Papá,
creo que le das miedo… Me lo comentó el otro día…
-Más
miedo le daré si se atreve a tocarte un pelo.
Lena
no se molestó en responder. En cuanto comió, se ofreció a fregar, pero su madre
no la dejó, por lo que Lena empezó a arreglarse. Se vistió con calma y se
observó en el espejo. Suspiró hondamente y trató de no pensar, sabía lo que
pasaría. Se aplicó el rimel y un poco de sombra de ojos. Descartó el brillo de
labios. Puso a cargar el móvil. Miró el reloj, para darse cuenta de que faltaba
más de una hora. Colocó sus libros. También ordenó el escritorio, guardando en
el primer cajón los folios y otro tipo de materiales y en el segundo y tercero
los libros y libretas. Para cuando concluyó, seguí faltando media hora. Gruñó y
cogió el libro. Milagrosamente, el tiempo se le pasó más rápido, y ni siquiera
se enteró cuando el timbre de la puerta sonó. Su madre subió y llamó quedamente
antes de entrar a su habitación.
-Tienes
al chico con los ojos más bonitos que he visto esperándote abajo.
Lena
sonrió y cerró el libro. Desconectó el móvil y siguió a su madre.
Lucas
parecía incómodo cuando lo vio, de espaldas.
-Ya
estoy…-no supo como pudo tartamudear. ¡Dos palabras y tenía que tartamudear! Enrojeció
un poco pero agachó la cabeza para que no se notara, ya que el pelo le cubría
el rostro.
-Le
estaba diciendo a tu padre que pensaba llevarte a tomar un helado o al cine… O
a donde quisieras…-le dijo, sin mirarla directamente.
Tras
unas cuantas indicaciones de que no volvieran demasiado tarde y unas cuantas
miradas cómplices entre ellos, el padre de Lena los dejó marchar.
Antes
de que se dieran cuenta, ya estaban fuera, caminando muy cerca el uno del otro.
Lucas
respiró hondo y dijo:
-Estás
muy guapa.
-Esto…
gracias-en esos momentos Lena no podía más. Estaba a punto de explotar de vergüenza.
-Me
gusta como te queda el pelo liso-se acercó y le colocó un mechón. Se quedó rígido
unos segundos esperando que ella lo apartase de un manotazo pero se relajó al
ver que no había matado.
-A
mi madre le gustan tus ojos-soltó ella-Y a mí, claro-soltó una risita histérica-Son
preciosos.
Estuve
tentado de replicarle que ella sí que era preciosa pero se contuvo. Prefería ir
despacio.
-¿Quieres
ir al cine?-inquirió ella, solo para cambiar de tema.
-Me
da igual. ¿Echan algo que nos pueda gustar?
-Hay
una comedia que dicen que es muy buena, una romántica, tres de terror…-enumeró.
-A
la que quieras-dijo él. Otro chico se habría aprovechado de esa cartelera y la
habría llevado a la de terror para que se asustara y se acercara más a él, pero
Lucas no pensaba comportarse así, jamás.
Esa
mañana había hablado con Connor, que le había ayudado bastante. Él le había
dicho que no saliera solo esa tarde, que la llamara, que no se parara a pensar
sobre sus sentimientos, que simplemente se los confesara.
Conversaron
durante todo el camino y, cada palabra que salía de la boca de Lena, conseguía
enamorarlo un poco más.
Entraron
y miraron los horarios. En un cuarto de hora empezaban varias películas. Se
decidieron por la de aventuras. Compraron palomitas y refrescos antes de
entrar. Se sentaron. En cuanto las luces se apagaron, Lena empezó a sentirse
nerviosa. La sobresaltó la música del indicio de la película. Apenas se podía
concentrar. Estaba lo bastante cerca de Lucas para oler su colonia y sentir su
respiración.
Se
relajó en un par de minutos. La presencia del chico la terminaba calmando
siempre, le producía confianza, la hacía sentir diferente.
-Lucas-susurró
en medio de la película, en el mismo momento en que un coche saltaba por los
aires.
Esperó
unos segundos antes de darse cuenta de que no la había oído.
-Lucas-repitió,
esta vez más alto.
Él
se giró y su cara quedó apenas separada por unos milímetros de la de Lena. Sintió
ganas de besarla. ¿Lo hacía y se arriesgaba? La respuesta llegó sola mientras
ella se echaba para atrás.
-¿Te
quedan palomitas?-le preguntó.
Lucas
le pasó el paquete entero, diciéndole que no quería más. Ella se lo agradeció con
una sonrisa apenas perceptible en la oscuridad.
La
película tuvo un final bastante predecible aunque ninguno de los dos se quejó.
Se levantaron y salieron. Lena se estiró como un gato.
-Será
mejor que vayamos a casa, mañana hay clase-suspiró, no quería que el día
acabase.
Lucas
sonrió para si mismo: la volvería a ver. Si por él fuera, se pasaría el día a
su lado, tratando de conocerla mejor. Entrecerró los ojos por el exceso de luz
a la salida.
-Me
ha gustado la película…-dijo ella. Era mentira, pero había disfrutado sintiéndolo
a su lado.
-Y
a mí. Tenemos que repetir la experiencia.
-Desde
luego-susurró. Se estaba empezando a dar cuenta de que no tenía remedio. De que
empezaba a necesitar a Lucas como necesitaba respirar, o comer y beber. Pocas
cosas conseguirían que se alejara de él.
Siguieron
caminando juntos, con una sonrisa boba extendiéndose por su rostro.
*_* Que romantiquez, por dios *^* (me trastornas con tus capítulos y me invento palabras). Solo digo que me acabo de enamorar del capítulo *o*
ResponderEliminarAWWWWWWWWWWWWW pero qué cuuuucos :333 No me gustan los padres de Lena... me parece que se pasan con eso de la sobreprotección...
ResponderEliminarOhh me encanta, que hermoso, que cuquis por diooooooooooooos
ResponderEliminarMe enamoraron *-*
Que monos son. Me encanta, son para decirles de una vez que salgan juntos. Una cosa Maria, mira en el capitulo 5 te deje un comentario en el que te daba un premio. Toda la info de que tienes quw hacer esa en mi blog. Espero el siguiente.
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