sábado, 20 de octubre de 2012

Capítulo 7


A Lucas le sucedió exactamente lo contrario. Llegó a su casa a la carrera y jadeando. Sus padres se sorprendieron al verlo en ese estado y le preguntaron si le había pasado algo pero él lo negó todo y subió a darse una ducha antes de dormir.
En cuanto estuvo encima de la cama, le fue imposible conciliar el sueño. Cada vez estaba más seguro de que le gustaba Lena de una manera especial, de que había sido así desde el primer momento en que la vio, desde la primera palabra que intercambiaron. No temía sufrir un desengaño. Sabía reconocer sus propios sentimientos y conocía a la muchacha. Aunque hacía menos de tres semanas que la había visto por primera vez, se daba cuenta de que era una persona maravillosa, además de tímida.
Se daba cuenta de que ella no parecía para nada interesada en él, pero era lo de menos. Con ser su amigo se conformaría. Si ella era feliz de esa manera ¿quién era él para querer cambiarlo?
Quería contárselo a alguien. Decirle lo maravillosa que era Lena, decirle lo bien que se sentía estando a su lado, lo que daría por ver su preciosa sonrisa a todas horas.
Cogió su móvil de la mesilla  y cuando ya empezaba a marcar un número que se sabía de memoria, se detuvo. Eran más de las tres de la madrugada… Cualquier persona estaría durmiendo sin ninguna duda. Aunque no se contuvo a enviarle un SMS a su mejor amigo, Connor. Le dijo que lo llamaría mañana y que estuviera atento. Devolvió el móvil al lugar en el que estaba en un principio y se tapó la cabeza con la manta.
Más de media hora más tarde, seguía despierto. Cuando admitió que no se dormiría, se levantó y, tras comprobar que la puerta de su habitación estaba bien cerrada, encendió el televisor de los pies de la cama y le bajó el volumen. Introdujo un videojuego de fútbol en la videoconsola y empezó a jugar, tras arroparse con el edredón.
Una hora después, con unos cuantos partidos ganados y los ojos rojos, apagó el televisor. Se tumbó y bostezó. Cogió los auriculares pequeños del cajón de su mesilla y los conectó a su mp3.
La música lo ayudó a dormir. Fue como un bálsamo para su alterado corazón.
Se despertó bien entrada la mañana. Se desperezó y volvió a taparse hasta arriba. Sintió que algo se le clavaba en la cara y se apartó. Con los ojos todavía entrecerrados apreció que eran sus cascos. Los dejó en la mesilla después de desenredarlos cuidadosamente.
Se levantó de la cama, todavía en pijama y se puso unos gruesos calcetines. Ni siquiera se peinó.
-¡Buenos días!-lo saludó su padre, que leía el periódico en la mesa de la cocina-Pensé que habías entrado en estado de hibernación…-consultó su reloj-No te veía dormir tanto desde que eras un bebé.
-Estaba cansado-se disculpó Lucas.
-En cambio tu hermano Thomas… Siempre ha sido un dormilón. Pero hoy le has ganado.
-Me merezco un premio-sonrió.
-Cuenta con él.
-Hoy a lo mejor salgo por la tarde-avisó a su padre.
-¿Con las chicas de ayer?-lo miró fijamente mientras esperaba una respuesta.
-No, creo que iré solo.
-Como quieras… ¿Ya has estudiado?-frunció el ceño.
Lucas asintió.
-Bien hecho.
Antes de que Lucas pudiera añadir algo más, la puerta principal se abrió y entraron la madre y la hermana del chico, cargadas con bolsas.
-Podéis ayudarnos-voceó la pequeña.
Lucas se acercó y le arrebató unas cuantas bolsas para dejarlas en la cocina.   

***
Lena se despertó de buen humor. Todo le parecía bonito aquella mañana, las nubes grises eran más blancas y esponjosas de lo habitual, el viento le parecía una brisa dispuesta a mecerla como si fuera una madre que acuna a su hijo.
Se levantó de un salto y se metió en la ducha. En cuanto salió, caminó de vuelta a su habitación, bien envuelta en el albornoz. Le dio al botón de encendido del ordenador y mientras se iniciaba se vistió. No se paró demasiado en su atuendo, ya que si salía se cambiaría. Puso música a un volumen bajo y fue hasta la cocina. Se preparó un café con leche y cogió unas magdalenas. Se las llevo a su habitación y comió mientras escuchaba una canción romántica y lenta. Sin saber porqué, se sintió identificada. Normalmente no le gustaban, las prefería de cualquier otro tema, pero esa vez le pareció perfecta. ¿Tendría algo que ver Lucas? ¿Podía hablar de amor? No, todavía no. No tenía nada claro y no pensaba adelantarse en los acontecimientos ni ilusionarse. Eso lo tenía muy presente en cada uno de sus encuentros con el chico.
Dejó el vaso al lado de la cama en el suelo. Miró la pantalla de su teléfono. La parte superior, donde debía brillar una notificación con cada mensaje o llamada perdida, estaba iluminada. Lo desbloqueó y le sorprendió ver el nombre de Lucas en la pantalla. Sintió que un escalofrío la recorría. Le temblaban los dedos sobre la pantalla al tratar de pulsar abrir y, sin pretenderlo, pulsó el botón de ``Agenda´´. Alterada, pulsó con tanta fuerza el botón para retroceder que casi lo arranca.
En cuanto abrió el mensaje, lo leyó varias veces hasta comprenderlo.
Lucas le decía si quería quedar con él esa tarde. Sonrió.
Se moría de ganas de decirle que sí pero tenía que preguntar a sus padres primero. Se obligó a esperar. El tiempo se le hizo eterno hasta que los escuchó levantarse. Salió corriendo de su habitación.
-¡Buenos días!
-Hola, Lena-dijo entre bostezos su padre.
-Tengo que…haceros una pregunta.
-A ver…-suspiró su madre mientras se colocaba el pelo con ambas manos.
-Lucas me mandó un mensaje… Me preguntó si puedo ir a dar una vuelta esta tarde…
-¿Qué le has dicho?-preguntó su madre.
-Aún nada…
-Como quieras, cariño-le dijo su padre.
-Es que salí ayer…
-Puedes ir dos días seguidos-se rió su padre.
-Le diré que sí-concluyó.
Tecleó con rapidez, diciéndole que estaba de acuerdo y preguntándole a que hora.
La respuesta de Lucas tardó apenas dos minutos. Le propuso quedar en su casa, a las cinco. Lena preguntó de nuevo a sus padres que no tuvieron ningún problema en decirle que sí.
La chica subió a su habitación como una exhalación y conectó las planchas que rara vez usaba. Tardó media hora en que su pelo le gustara. Miró el maquillaje que le habían regalado sus tías hacía un año. Lo abrió con delicadeza y observó los distintos tipos de colores de ojos y labios. Decidió separar los cosméticos que usaría para maquillarse después. Empezó seleccionando un rimel bastante discreto y terminó con un poco de brillo de labios.
También se molestó en coger una ropa algo favorecedora. La dejó lista para cuando terminara de comer. Se acaba de pintar las uñas de un discreto color rosa para cuando su madre la llamó para comer. Bajó con las manos extendidas de tal manera que parecía un pato. Su padre no pudo evitar reír pero tenía el ceño fruncido. Le gustaba que su hija tuviera un amigo pero no quería que ella sufriera. La mayoría de los chicos que veía por las calles eran unos completos impresentables y todavía no se fiaba de Lucas.
-¿Qué pensáis hacer?-se interesó su madre durante la comida.
-Ni idea-reconoció ella, avergonzada.
-Ya me encargo de preguntarle yo cuando venga…-dijo el hombre, crujiendo los dedos.
-Papá, creo que le das miedo… Me lo comentó el otro día…
-Más miedo le daré si se atreve a tocarte un pelo.
Lena no se molestó en responder. En cuanto comió, se ofreció a fregar, pero su madre no la dejó, por lo que Lena empezó a arreglarse. Se vistió con calma y se observó en el espejo. Suspiró hondamente y trató de no pensar, sabía lo que pasaría. Se aplicó el rimel y un poco de sombra de ojos. Descartó el brillo de labios. Puso a cargar el móvil. Miró el reloj, para darse cuenta de que faltaba más de una hora. Colocó sus libros. También ordenó el escritorio, guardando en el primer cajón los folios y otro tipo de materiales y en el segundo y tercero los libros y libretas. Para cuando concluyó, seguí faltando media hora. Gruñó y cogió el libro. Milagrosamente, el tiempo se le pasó más rápido, y ni siquiera se enteró cuando el timbre de la puerta sonó. Su madre subió y llamó quedamente antes de entrar a su habitación.
-Tienes al chico con los ojos más bonitos que he visto esperándote abajo.
Lena sonrió y cerró el libro. Desconectó el móvil y siguió a su madre.
Lucas parecía incómodo cuando lo vio, de espaldas.
-Ya estoy…-no supo como pudo tartamudear. ¡Dos palabras y tenía que tartamudear! Enrojeció un poco pero agachó la cabeza para que no se notara, ya que el pelo le cubría el rostro.
-Le estaba diciendo a tu padre que pensaba llevarte a tomar un helado o al cine… O a donde quisieras…-le dijo, sin mirarla directamente.
Tras unas cuantas indicaciones de que no volvieran demasiado tarde y unas cuantas miradas cómplices entre ellos, el padre de Lena los dejó marchar.
Antes de que se dieran cuenta, ya estaban fuera, caminando muy cerca el uno del otro.
Lucas respiró hondo y dijo:
-Estás muy guapa.
-Esto… gracias-en esos momentos Lena no podía más. Estaba a punto de explotar de vergüenza.
-Me gusta como te queda el pelo liso-se acercó y le colocó un mechón. Se quedó rígido unos segundos esperando que ella lo apartase de un manotazo pero se relajó al ver que no había matado.
-A mi madre le gustan tus ojos-soltó ella-Y a mí, claro-soltó una risita histérica-Son preciosos.
Estuve tentado de replicarle que ella sí que era preciosa pero se contuvo. Prefería ir despacio.
-¿Quieres ir al cine?-inquirió ella, solo para cambiar de tema.
-Me da igual. ¿Echan algo que nos pueda gustar?
-Hay una comedia que dicen que es muy buena, una romántica, tres de terror…-enumeró.
-A la que quieras-dijo él. Otro chico se habría aprovechado de esa cartelera y la habría llevado a la de terror para que se asustara y se acercara más a él, pero Lucas no pensaba comportarse así, jamás.
Esa mañana había hablado con Connor, que le había ayudado bastante. Él le había dicho que no saliera solo esa tarde, que la llamara, que no se parara a pensar sobre sus sentimientos, que simplemente se los confesara.
Conversaron durante todo el camino y, cada palabra que salía de la boca de Lena, conseguía enamorarlo un poco más.
Entraron y miraron los horarios. En un cuarto de hora empezaban varias películas. Se decidieron por la de aventuras. Compraron palomitas y refrescos antes de entrar. Se sentaron. En cuanto las luces se apagaron, Lena empezó a sentirse nerviosa. La sobresaltó la música del indicio de la película. Apenas se podía concentrar. Estaba lo bastante cerca de Lucas para oler su colonia y sentir su respiración.
Se relajó en un par de minutos. La presencia del chico la terminaba calmando siempre, le producía confianza, la hacía sentir diferente.
-Lucas-susurró en medio de la película, en el mismo momento en que un coche saltaba por los aires.
Esperó unos segundos antes de darse cuenta de que no la había oído.
-Lucas-repitió, esta vez más alto.
Él se giró y su cara quedó apenas separada por unos milímetros de la de Lena. Sintió ganas de besarla. ¿Lo hacía y se arriesgaba? La respuesta llegó sola mientras ella se echaba para atrás.
-¿Te quedan palomitas?-le preguntó.
Lucas le pasó el paquete entero, diciéndole que no quería más. Ella se lo agradeció con una sonrisa apenas perceptible en la oscuridad.
La película tuvo un final bastante predecible aunque ninguno de los dos se quejó. Se levantaron y salieron. Lena se estiró como un gato.
-Será mejor que vayamos a casa, mañana hay clase-suspiró, no quería que el día acabase.
Lucas sonrió para si mismo: la volvería a ver. Si por él fuera, se pasaría el día a su lado, tratando de conocerla mejor. Entrecerró los ojos por el exceso de luz a la salida.
-Me ha gustado la película…-dijo ella. Era mentira, pero había disfrutado sintiéndolo a su lado.
-Y a mí. Tenemos que repetir la experiencia.
-Desde luego-susurró. Se estaba empezando a dar cuenta de que no tenía remedio. De que empezaba a necesitar a Lucas como necesitaba respirar, o comer y beber. Pocas cosas conseguirían que se alejara de él.
Siguieron caminando juntos, con una sonrisa boba extendiéndose por su rostro. 

4 comentarios:

  1. *_* Que romantiquez, por dios *^* (me trastornas con tus capítulos y me invento palabras). Solo digo que me acabo de enamorar del capítulo *o*

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  2. AWWWWWWWWWWWWW pero qué cuuuucos :333 No me gustan los padres de Lena... me parece que se pasan con eso de la sobreprotección...

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  3. Ohh me encanta, que hermoso, que cuquis por diooooooooooooos
    Me enamoraron *-*

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  4. Que monos son. Me encanta, son para decirles de una vez que salgan juntos. Una cosa Maria, mira en el capitulo 5 te deje un comentario en el que te daba un premio. Toda la info de que tienes quw hacer esa en mi blog. Espero el siguiente.

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