Lucas
se despertó temprano. Le apetecía seguir durmiendo pero no debía. Si quería
salir esa tarde, tenía que hacer los deberes y estudiar. Con un suspiro, se
levantó. Se acercó a la silla del escritorio y cogió una camiseta larga y
holgada y unos pantalones de chándal. No tardó más de cinco minutos en
ducharse. Se secó un poco el pelo con una toalla antes de bajar a desayunar. No
le sorprendió que no hubiera nadie levantado.
Regresó
a su habitación y encendió su ordenador. En el rato que tardó en encenderse se
dedicó a hacer unos garabatos en la última hoja de su libreta de Matemáticas. Cargó
el navegador e introdujo su servidor de correo electrónico. Lo revisó. No tenía
nada.
Suspiró.
Entró en otra red social. Tenía varias peticiones de sus nuevos compañeros.
Fisgando en sus perfiles encontró a Lena. No dudó más de un segundo en guiar el
ratón hasta el botón de ``Agregar amiga´´. Esperó impacientemente hasta que
comprobó que la chica todavía no lo aceptara. Se desconectó con resignación y
se concentró en sus ejercicios. Aunque oyó a cada uno de sus hermanos y a sus
padres, no se movió. A media mañana algo lo sobresaltó, cayendo sobre su
regazo. Miró con reproche al gato. Lo apartó pero este siguió restregándose
alrededor de él y tratando de trepar a su regazo. Lo cogió en los brazos y
salió.
-¡Angie!-gritó-Coge
a tu gato-se esforzó en remarcar el posesivo.
La
niña apareció un par de minutos más tarde.
-¿Qué
te pasa?-puso los ojos en blanco.
-El
gato, que se me ha metido en la habitación.
-¿Y
qué? ¿Te ha atacado?-se burló su hermana.
-Sabes
que no me gusta que aparezca de la nada cuando estoy haciendo los deberes-se lo
puso en los brazos.
-¡Mamá!-gritó
ella en cuanto Lucas se giró-¡Lucas dice que Marvin le molesta!
-¡Lucas!-les
llegó la voz de su madre desde el salón-¡Deja a tu hermana en paz!
-Si
aún tengo yo la culpa…-refunfuñó.
Cerró
la puerta de su dormitorio, demostrando así que no quería que lo molestaran.
Antes
de mediodía ya tenía todo terminado. Guardó las cosas en la mochila y decidió
que ya no la abriría hasta el lunes.
Miró
su móvil. Todavía no lo habían llamado. ¿Se olvidarían de él? Cogió la guitarra
en un intento de distraerse. Silbó una melodía lenta mientras rasgueaba unos
acordes no demasiado bien realizados.
-¡Lucas!
Haz el favor de venir a comer-lo llamó su madre desde la puerta.
El
chico asintió y apagó la pantalla de su ordenador de sobremesa. Se levantó y
siguió a su madre.
***
Lena
recibió un mensaje de Lucy en el que le indicaba la hora a la que habían
quedado. Le pidió que avisara a Lucas, que a ella no le apetecía. Era una
excusa para hablar con él lo menos posible. El suceso del día anterior
permanecía muy claro y vívido en su mente. ¿Podría suceder eso cada vez que
Lucas y ella se tocarán? Si un simple roce le producía esos sentimientos tan
intensos ¿qué haría un abrazo? ¿Y un beso? No quería ni pensarlo. Sabía que no podía
encontrar una excusa para quedarse en casa esa noche. Además, no lograría
evitar a Lucas eternamente. Sería mejor que afrontara los problemas de frente,
por una vez en su vida. Les demostraría a todos que podía ser valiente. Les
enseñaría quien era Lena Britt.
No
podía echarse atrás. No podía dejarse vencer, dejar de ser fuerte. Lena se
quedó unos minutos pensando: ¿podía dejar de ser fuerte alguien que nunca lo
había sido? Si más débil pero no era lo mismo.
-Lena,
¿te encuentras bien?-le preguntó su madre la tercera vez que pasó delante de
ella al comprobar que su hija llevaba más de veinte minutos observando
fijamente sus manos.
-Sí,
sólo…pensaba-se disculpó con una sonrisa.
Su
madre no se atrevió a decirle nada. Lena nunca había hecho cosas así. En ese
tema, su marido y ella eran primerizos. Su hija siempre fuera extraña,
solitaria, tímida… Ahora parecía que se empezaba a comportar como debería haber
hecho hacía mucho tiempo.
-Mamá…-llamó
en voz baja-Esta noche voy a salir con Lucy, Annie y Lucas. No vendré a cenar.
-Eso
es genial, Lena-la felicitó su madre-¿Os lleváis bien con ese chico?
Lena
asintió, distraída.
-¿De
dónde dijiste qué era?
-Gloucester.
Y en realidad, no lo he dicho.
-Ya
me parecía que no me sonaba que hubieras…-empezó. Se calló repentinamente y
observó con aire crítico a Lena.
-¿Qué?-se
revolvió incómoda, casi enrojeciendo.
-Tenemos
que hablar.
-¿He
hecho algo mal?-le preguntó con nerviosismo.
-No,
por supuesto que no…-se apresuró a calmarla-Quería preguntarte por Lucas.
La
chica tragó saliva e hizo un gesto con la mano, indicándole que continuara.
-¿Te
gusta?-le soltó sin miramientos.
La
sangre se agolpó en el rostro de Lena.
-Esto…
¡mamá!-exclamó. Se sentía atrapada-No, de verdad que no, lo conozco de hace una
semana… ¿Cómo voy a…?-se detuvo.
-¿Alguna
vez te he contado la historia de cómo me enamoré de tu padre?-Lena negó con la
cabeza y dejó proseguir a su madre-Teníamos poco más de 19 años. Nos conocimos
en una feria de la ciudad. Yo tropecé con él y lo manché de helado-rió-Recuerdo
que en vez de enfadarse, empezó a bromear. Estuvimos toda la tarde hablando. Y
supe que me había enamorado.
-Mamá,
lo vuestro fue diferente…-desvió el tema.
-Ya
veo que no me lo quieres contar-cortó.
-Es
que no hay nada que contar-protestó.
Su
madre la dejó sola. Lena bufó. No le había gustado ese pequeño interrogatorio
por parte de su madre. No tenía claro lo que sentía por Lucas ¡cómo para
decírselo a ella!
Pensó
en encerrarse en su habitación pero eso solo le habría confirmado a su madre
sus sospechas.
Cogió
una libreta y bajó el salón.
Quería
disimular. Empezó a dibujar. Primero, unas flores. Continuó con un dibujo de un
pequeño gato y terminó con un paisaje en el que aparecía un puente.
-¿No
tienes deberes para hacer?-le preguntó su padre.
-Unos
pocos…Pero no me apetece ponerme ahora.
-Está
bien-se relajó su padre-Son cosas normales en gente de tu edad…-parecía
bastante sorprendido y a Lena casi le entró la risa.
-¿Te
apetece ir de compras?-le preguntó su madre en cuanto entró en la habitación-Como
madre e hija...
Lena
se encogió de hombros. No le costaba nada complacer a su madre.
-Puedes
vestirte más…arreglada-musitó como si tuviera miedo de la reacción de su hija.
Esta
se encogió de hombros y aceptó con una inclinación de cabeza. Subió rápidamente
y examinó su armario. Estaba repleto de vaqueros desgastados, camisetas y
sudaderas anchas. Cogió un jersey que a
su madre le gustaba y sus vaqueros más presentables. En menos de cinco minutos
se vistió. Su madre la esperaba abajo.
-¿A
qué hora has quedado?-le preguntó mientras salían por la puerta.
-Dentro
de…-hizo una pausa para mirar el reloj-Dos horas.
-¿Quedasteis
en el centro?
Lena
afirmó con la cabeza.
-Entonces
ya puedes quedarte ahí y yo llevo las cosas a casa. O llamo a tu padre para que
venga a buscarme. ¿Qué te apetece comprarte?-le preguntó.
Lena
contuvo el impulso de pedirle que fueran a mirar CD´s o libros.
-Mejor
miramos por ahí-le dijo al ver que no contestaba-Están muy de moda las
chaquetas negras-comentó.
Lena
se limitaba a decirle que sí, distraída. Nunca le había gustado mirar ropa.
En
el centro, se acercaron a las tiendas. Aunque había un centro comercial unas
cuantas calles más abajo, a la madre de Lena siempre le gustaban más las
tiendas pequeñas. Decía que allí era donde se encontraban las cosas más bonitas
y a mejor precio.
Su
madre entró en una y empezó a mirar zapatos. La mayoría, eran descalzos y con
tacón. Lena miró con afecto sus botas de pelo marrón. No podía imaginarse
quitárselas, se moriría de frío.
Después
de esa tienda, miraron chaquetas. Elise no dejó en paz a su hija hasta que
logró comprarle un abrigo nuevo, de color negro.
-¡Estarás
guapísima con él!-le sonrió.
Lena
le devolvió la sonrisa.
La
tarde se les pasó antes de lo esperado.
-¿Te
acompaño hasta el lugar donde habéis quedado?
-No
hace falta… ¿Vas a llamar a papá?
-Sí,
no te preocupes. ¿Te molestaría mucho que fuéramos a cenar fuera, ya que no
estás?
-Qué
va, mamá. Id, por favor.
-Si
te retrasas, llama. Y si te pasa algo, claro-le dio dos besos-Y no vengas sola
a casa, que te acompañe Lucas. Si aún no hemos llegado, cierra con llave.
-Sí…-a
veces le exasperaba que su madre se preocupara tanto por ella.
Echó
a andar. Para ser sábado, no había demasiada gente. La mayoría de chicos y
chicas de su edad que salían, lo hacían por las afueras. Sacó su móvil del
bolsillo y miró la hora. Al menos, no llegaba tarde. Según caminaba, se iba
poniendo más nerviosa. ¡Iba a ver a Lucas! Era probable que él ya estuviera
allí, sonriendo y buscándola con esos ojazos… Se acercó la mano derecha a la
boca y comenzó a morderse las uñas.
Llegó
al lugar donde habían quedado. ¿No estaban? En la distancia, divisó a Annie, a
Lucy y a Lucas…
Un
largo rato la esperaba. Solo esperaba no meter demasiado la pata.
Me encanta ^^ quiero leer el siguiente ya
ResponderEliminaroh estoy impaciente por ver como le va!! tengo muchas ganas del prox maria :)
ResponderEliminarUn besazo, te superas cada dia cielo!
Me encanta! Pobrecita Lena, como la torturan sus padres xD
ResponderEliminarPara cuando el proximo?
Son cortos los capitulos pero asi podremos leer varios a la semana. Lena si se enamorq de Lucas es para matarla, luego estan los padres tan protectores y curiosos. Quiero el siguiente ;)
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